Fieles a su barroquismo, utilizan los mismos recursos, pero siempre es un placer observar el tipo de mujer que los inspira.
Marylin Monroe es sincrónicamente a otras diosas como Dietrich y Gardner, el hilo conductor de esta colección. Una diva sin tapujos, egregia y glamorosa.
Tocados y bufandas surreales a lo Schiaparelli, elaboradas con guantes, siluetas temerarias, plataformas altísimas y pieles recargadas, no dejan de robarte una sonrisa. Una colección muy comercial, pero debo decir que recordar este glamour siempre es grato. Y ya saben lo que dicen, "People will stare. "Make it worth their while."
Hace 1 hora
Oh darling your blog is divine.
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